Los ángeles sí existen

(Advertencia: Este post constituye una edición del primer post que escribí en mi antiguo blog por allá por el 2005. La reedición se debe a que la situación en particular la vuelvo a vivir y vale la pena repetir mi sensación)

Y no me refiero a aquella ciudad de la octava región o del estado de California en USA. No se han puesto a pensar en aquellas personas que aparecen o reaparecen en sus vidas cuando menos lo esperan y más lo necesitan?? Aquellas personas que aunque sea por pocos días te dan lo mejor de ellas mientras tú sólo puedes darles a cambio un puñado de tus peores días.

Bueno el punto es que a mi me ha pasado tres veces, una hace cinco años, otra hace dos años y medio y otra hoy. No importa si aquella persona tiene intereses o aficiones distintas a las tuyas, de todas maneras se interesa en tí y "sin querer queriendo" te hace replantearte las cosas. Una sola sonrisa, mirada cómplice, beso o un "te quiero" alegran tu vida y cambian tu andar.

Pareciera, por la descripción anterior o quizás por las características propias del ser humano, que dicha persona debe ser del sexo opuesto y que debe existir una atracción "de pareja" por ella, pero lo cierto es que puede ser del mismo sexo o bien puede ser sólo una amiga. Es extraño porque uno no piensa en "le daría un beso" sino que piensa en "le daría un abrazo", esperando siempre algo nuevo, una enseñanza nueva.

Se relaciona, como no, con el instante que cada quien está viviendo y por lo general aparecen (o mejor dicho los distinguimos) cuando se trata de un período difícil, no necesariamente triste, pero difícil, cuando necesitamos un empujoncito o un apoyo desinteresado, un te quiero o bien una cuota de alegría.

Es probable que esa persona no sea amiga de uno y que quizás nunca llegue a serlo, pero motiva a desear siempre su apoyo por más esporádico que sea. Si me preguntan como diferenciarla de otra persona me inclino por decir que un "ángel" deja una huella imborrable, positiva por cierto, en un tema de trascendencia futura, algo que, por cursi que suene, te marcará por el resto de la vida. Por otra parte, se les puede distinguir porque no existe el rencor ni enojo para con ellas, porque no importa si se caen, han hecho una o más cosas tan buenas por nosotros que el agradecimiento es mayor.

Es agradable detenerse un segundo y pensar que se cuenta con alguien así, con un apoyo así. El egoísta se regocijará por su suerte, el verdaderamente agradecido buscará como recompensar con pequeños gestos...

...y en esas estoy yo, ofreciendo un apoyo recíproco y las ganas de ayudar en lo que se pueda, mal que mal, personas así no se encuentran muy seguido por lo que hay que luchar por mantenerlas a nuestro lado.